sábado, 29 de noviembre de 2008

De fronteras e idiomas

Es cierto, no hay ninguna prueba de nuestro paso por Biarritz, más que las ojeras del día siguiente por las calles de Vitoria. Y si, aunque nadie dio fe de nuestro paso por esa frontera, sospecho que ese simple hecho sirvió para consolidar esta amistad más allá de los idiomas y las distancias. Nos hemos escuchado y acompañado en varias versiones del inglés, y en aún más acentos del español, sabiendo que al final del día siempre sería posible enviar un mail, muy breve o muy extenso para compartir las a/des/venturas.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

sin prueba alguna

y esos instantes en Francia los íbamos saboreando kilómetros antes de cruzar la frontera, traíamos el pasaporte en mano, ansiosos (junto con Christian) de tener la prueba que le demostrara al mundo que hasta ese país habíamos llegado... así nomás... andando por las carreteras de País Vasco.
Pero no, sucede que no era necesario, que desde ahí podíamos pasar de un lado al otro con gran libertad y pasando totalmente inadvertidos.
Vaya, creo que es la única vez que hemos querido (y me atrevo a hablar por dani) fronteras en el mundo...
Ahora apuesto por la abolición de ellas, las internas y las externas, las materiales y las imaginarias, las propias y las ajenas... también por eso ando en el camino.

domingo, 23 de noviembre de 2008

La foto

Si hay palabras en esta historia, también hay imágenes... la que ilustra este blog es de algún momento de julio del 2005, en Burgos, en un corto pero intenso viaje que nos llevó a ver Francia por unos minutos y que terminó en Bilbao, a los pies del Guggenheim. A veces las palabras dicen más que mil imágenes, eso es lo que intentamos... pero ésta es una buena!

lunes, 17 de noviembre de 2008

las palabras se liberan de los dedos sobre el teclado, vamos así armando esta ruta, desde el df, desde santiago...
ruta común, sin certezas, sin finitud, siempre en paralelo
con las ganas de estar, de compartir, de andar por el camino
Si las personas pueden viajar, las palabras lo hacen aún con más velocidad e incerteza. No se limitan por aeropuertos, embarques ni pasaportes. Este es nuestro ticket que nos lleva a intentar encontrar el destino siempre impreciso, pero siempre buscado.